Puerto de la Cruz, 25 de abril de 2022—. El pasado fin de semana tuvo lugar en Puerto de la Cruz la XXXIX Convención Bahá’í de las Islas Canarias. En esta Convención anual compuesta por diecinueve delegados se elige a la Asamblea Espiritual de los Bahá’ís de las Islas Canarias, órgano de gobierno administrativo de los bahá’ís de Canarias.
Durante el Festival de Ridván —que celebra la declaración pública de la misión de Bahá’u’lláh a las afueras de Bagdad en vísperas de un segundo destierro—, los bahá’ís eligen a su Consejo de gobierno. Después de dos años de pandemia, este año sí se pudo celebrar la Convención anual y muchos bahá’ís de las diferentes islas pudieron asistir de manera presencial.
Es de destacar que las elecciones bahá’ís de Canarias se dan en dos etapas: en primer lugar, una serie de convenciones de agrupaciones insulares en las que se escogen a los delegados, y posteriormente, la convención de Canarias que se celebra normalmente cada año a finales de abril de manera alterna en una de las dos islas capitalinas. En esta convención los diecinueve delegados eligen a nueve personas que compondrán el consejo de gobierno de la comunidad bahá’í de Canarias.
Pero además de elegir al Consejo de gobierno, durante los dos días que dura la Convención se consulta sobre el trabajo realizado a lo largo del año y se elevan propuestas de mejora para el nuevo año administrativo. Los temas de consulta de este año estaban relacionados con los esfuerzos educativos a través del Instituto Bahá’í de Capacitación y el Instituto de Prosperidad Global ISGP; el movimiento de las agrupaciones bahá’ís y la colaboración entre ellas; cómo realzar las capacidad administrativa y el papel de las asambleas espirituales locales; cómo dar coherencia a las tres esferas de acción (expansión y consolidación, participación en los discursos prevalentes de la sociedad y la acción social). Otro tema de consulta fue la presentación del presupuesto anual por parte del Tesorero del Consejo. El presupuesto se elabora en base a las aportaciones voluntarias de los miembros de la comunidad bahá’í de Canarias, cualquier aportación ajena a la comunidad bahá’í no es permitida.
El carácter distintivo de las elecciones bahá’ís
El 21 de abril en el primer día de la festividad de Ridvan, se eligieron a los consejos locales en aquellos municipios de Canarias donde residen más de nueve bahá’ís. Tanto en las elecciones locales como regionales, un rasgo distintivo es que las elecciones bahá’ís no tienen candidatos. Los bahá’ís son llamados a votar por aquellos que tienen un espíritu de servicio genuino, sin intereses. Todos los mayores de dieciocho años pueden votar y las personas elegidas sirven durante el período de un año en las instituciones bahá’ís. Además, el voto no solo es secreto, sino que las enseñanzas bahá’ís plantean que los electores no deben compartir sus preferencias para salvaguardar la unidad e integridad de la comunidad.
El segundo rasgo que se desprende del primero es que no existen campañas. El tiempo previo a las elecciones bahá’ís es un periodo de reflexión, de introspección y de calma; un periodo en el que las personas hacen un esfuerzo incluso mayor por no exponerse demasiado públicamente. Es la capacidad espontáneamente identificada —en el trabajo diario a lo largo de todo el año— la que se debe utilizar como indicador para dirigir el voto hacia una persona u otra.
El último rasgo distintivo vinculado a las elecciones radique en el hecho de que aquellos que son elegidos no ostentan una posición superior a la del resto de bahá’ís. Son elegidos por un período corto durante el cual, en la mayor parte de los casos, no dejan de ejercer su profesión para ejercer una función que puede asociarse con el liderazgo, pero que se aleja de toda noción sacerdotal o pastoral. La Asamblea Espiritual bahá’í está dotada de autoridad dentro de la comunidad bahá’í, pero no los miembros individuales que la conforman. Aunque es natural que los bahá’ís se r relacionen con respeto hacia aquellos que son elegidos —por su conexión con la institución sagrada de la que son parte—, la posición de quienes son elegidos y sus opiniones no tienen un rango superior a las del resto.
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