Los prejóvenes, a través de su participación en el programa, desarrollan tres capacidades básicas:

• El poder de la comprensión y expresión.
• La capacidad de actuar en base a unas estructuras morales sólidas que les ayudarán a tomar decisiones.
• La percepción espiritual, es decir, la capacidad de distinguir las fuerzas constructivas y destructivas que hay en su entorno y cómo éstas afectan a sus vidas.

Dada la importancia de formar parte de un grupo de iguales en esta etapa vital, el programa se estructura en base a un grupo de amigos y amigas que son acompañados por la figura de un animador o animadora, quien tiene el papel de generar un lazo de amistad genuina con los participantes, alentándoles a desarrollar estas capacidades y ponerlas al servicio de sus comunidades.

En el grupo prejuvenil se realizan actividades de reflexión en las que, a través de historias de la vida de otros chicos y chicas de su edad, aprenden conceptos profundos como la amistad verdadera, la excelencia intelectual y espiritual, y el servicio. Además, los prejóvenes diseñan, con ayuda de su animador o animadora, proyectos de servicio con el objetivo de contribuir al mejoramiento de su entorno.

También se realizan actividades artísticas y de diversión sana, además de encuentros y campamentos en los que participan prejóvenes de otros grupos y en los que tienen la oportunidad de compartir lo que están aprendiendo y sentirse parte de un movimiento colectivo con un mismo propósito.