educación y capacidad

Entre las principales aportaciones que la Comunidad Bahá’í hace a la sociedad se encuentra el desarrollo de programas educativos y proyectos de servicio destinados a la construcción progresiva de la unidad de la humanidad, a través del fomento de procesos de construcción de comunidad que facilitan un ambiente favorable para el empoderamiento espiritual a nivel individual y colectivo.

Observando la realidad social, encontramos que los efectos de la cultura y el estilo de vida predominantes en nuestra sociedad tienden a favorecer los factores de riesgo que llevan a la sociedad a situaciones de conflicto y/o ansiedad vital. Actitudes como el individualismo, el materialismo o la obsesión por la satisfacción inmediata de los propios placeres, todas ellas imperantes en nuestro tiempo, no hacen más que socavar las impresionantes posibilidades que tiene el ser humano.

En el programa del Instituto Bahá’í de Capacitación y Desarrollo Comunitario, a través del proceso de estudio, la consulta, la acción y la reflexión, los niños y niñas, jóvenes y adultos se ocupan en su propio desarrollo espiritual. Exploran conceptos espirituales conjuntamente y los aplican a sus propias comunidades. Las capacidades de servicio se desarrollan de modo que se posibilita una actuación colectiva más compleja. Así, la transformación de la persona y de la sociedad van de la mano.

Existen muchas maneras de entender al ser humano y su naturaleza. El Instituto Bahá’í de Capacitación y Desarrollo Comunitario construye su programa educativo sobre la creencia en la naturaleza esencialmente noble del ser humano.

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«Considerad al ser humano como una mina rica en gemas de inestimable valor. Solamente la educación puede hacerle revelar sus tesoros y permitir a la humanidad beneficiarse de ellos.»

Un espacio de jóvenes y/o adultos donde se capacitan y se ponen en marcha actos de servicio

Una época destinada a realizar aportaciones decisivas a sus comunidades

Despertar en los prejóvenes su propio potencial, encauzar sus energías y desarrollar sus talentos

La vida familiar es el lugar primario en que se desarrollan los valores