Las Palmas, 10 de enero 2022–Durante las vacaciones de Navidad se han celebrado diferentes campamentos urbanos en las islas Canarias dirigidos a niños y niñas entre 5 y 10 años y prejóvenes entre 11 y 15 años.
Uno de los propósitos de estos campamentos, que promueve el Instituto Bahá’í de Capacitación y Desarrollo Comunitario, es dar continuidad a la formación en valores que los niños y niñas vienen recibiendo a lo largo del año. Aunque ‘valores’ es el concepto que más se utiliza en nuestra sociedad a la hora de hablar sobre como generar una conciencia responsable en las personas, sin embargo, en las actividades educativas que la comunidad bahá’í ofrece se estimula el desarrollo de virtudes humanas como la generosidad, el amor, la justicia… es decir cualidades espirituales de carácter universal y que no están tan ligadas a los valores de un tipo de cultura o sociedad.
Este año se realizaron cinco campamentos, en las localidades de Jinámar, Telde y Santa Lucía de Tirajana, correspondientes a la isla de Gran Canaria, y San Matías (La Laguna) y El Fraile (Arona) correspondiente a la isla de Tenerife. Además en los campamentos se desarrollan actos de servicio, actividades lúdicas, manualidades y arte.
“Nosotros hemos realizado el campamento por primera vez en la zona de El Fraile y es de agradecer el grado de implicación de muchas personas que sin su apoyo no hubiera sido posible, sobre todo las madres de los niños”, comentaba, Luz Soto, una las organizadoras del campamento del sur de Tenerife.
Judith Loayza que participó en la organización del campamento en el barrio de El Canario, de Santa Lucía de Tirajana, destacó la alta participación con 54 niños y prejovenes. “Estamos pensando ya en el campamento de Semana Santa y pediremos al Alcalde un lugar más amplio para poder invitar a más niños y prejovenes”.
En el barrio de San Matías, La Laguna, donde participaron más de cuarenta niños y prejovenes, el tema principal fue cómo construir una comunidad que convive en paz, para ellos se trabajaron las cualidades espirituales como la generosidad, la solidaridad y el altruismo. Paula Nekoudin, una de las monitoras destacaba “la involucración de los jóvenes que se habían formado previamente en el programa de líderes comunitarios y pudieron servir de manera eficiente durante el campamento, y, la implicación de algunas madres que se han involucrado esta vez de manera muy activa.”
En Telde se organizaron dos campamentos, uno el barrio de Jinámar y el otro en el auditorio del Parque de San Juan.
En el Parque de San Juan, la participación superó las noventa personas con más de veinte voluntarios. El campamento empezaba todas las mañanas con un espacio de paz y una reunión de asamblea para hablar del programa cada día. Uno de los temas que se trató fue el los educadores universales donde se centraron también en la figura de Jesús coincidiendo con la festividad navideña. Entre los talleres que realizaron los prejovenes se encontraba el de cómo construir relaciones verdaderas y cuál es el impacto que tiene los medios de comunicación sobre la vida de las personas. También se hicieron talleres de teatro y música, donde los prejovenes compusieron una canción. “Una actividad lúdico-educativa que gustó mucho fue la visita al Cocodrilo Park, donde rehabilitan a animales exóticos del tráfico ilegal, y que muchos de ellos tienen historias terribles de maltrato y abandono ates de llegar aquí”, señalaba Ana Sancho, una de las colaboradoras del campamento. El último día se clausuró el campamento con un festival para familias.
En el barrio de Jinámar, se inscribieron cerca de cien niños/as y prejovenes y colaboraron 32 voluntarios para que el campamento urbano de nueve días se pudiera llevar a cabo. Este año se trabajaron los ODS (Los objetivos para el desarrollo sostenible), que aprobaron todos los Estados miembros de NNUU, para proteger el planeta y mejorar las vidas de las personas de todos el mundo. “Como estábamos en época de Navidad también se abordó la figura de Jesús como un educador para la humanidad y la importancia del amor y la unidad en el mundo”, expresaba Xiomara Hernández, una de las monitoras. El campamento acabó con un festival donde participaron todas las familias de los niños/as y prejovenes.
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