NUEVA YORK, 10 de Octubre 2024 —  Para los habitantes de las Islas Canarias, un archipiélago donde la diversidad cultural y el respeto mutuo forman parte del día a día, la reciente ‘Cumbre del Futuro’ de las Naciones Unidas resuena de manera especial. Este evento internacional, liderado por el Secretario General, António Guterres, no sólo busca soluciones para los desafíos globales, sino que promueve un ideal que en nuestras islas ya se vive a pequeña escala: la interdependencia y la unidad de la humanidad.

Esta reunión  que fue convocada por el Secretario General, para abordar los desafíos globales apremiantes y trazar un rumbo hacia un mundo más pacífico y sostenible, fue precedido por dos días de participación de la sociedad civil conocidos como ‘Días de Acción’. Ambos eventos formaban parte integral de un esfuerzo más amplio para fortalecer la cooperación internacional  y generar consenso sobre cuestiones globales actuales y emergentes.

La contribución de la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) a las Jornadas de Acción, celebradas en la sede de la ONU, fue sustancial y variada. La CIB organizó o copatrocinó catorce eventos paralelos oficiales, colaboró con numerosas misiones gubernamentales ante las Naciones Unidas y agencias de las Naciones Unidas; Los representantes de la CIB presentaron o moderaron una docena de eventos realizados por otras organizaciones.

En todas estas actividades, la CIB se centró en la necesidad de colocar la interdependencia de la humanidad en el centro de los sistemas de gobernanza global.

A lo largo de su participación en los Días de Acción y eventos relacionados, la CIB exploró una pregunta central: ¿Qué tipo de futuro imagina la humanidad para sí misma y qué pasos debemos tomar para hacer realidad ese futuro? La CIB enfatizó que lograr una paz duradera requiere un cambio fundamental en la conciencia de la humanidad, uno que reconozca la unidad esencial de la familia humana. Este reconocimiento de la identidad compartida de la humanidad, tiene implicaciones de largo alcance para la forma en que la humanidad aborda la gobernanza global y las relaciones internacionales.

Daniel Perell, representante de la Oficina de la CIB en Nueva York, habló sobre el concepto de identidad compartida y afirmó: “La interdependencia de la humanidad requiere que las identidades históricamente limitadas, ya sea definidas por nación, religión o raza, den paso a un reconocimiento general de nuestra humanidad compartida como nuestra identidad primaria. Podemos preguntarnos: “¿Cómo serían nuestras políticas y sistemas si realmente adoptaran esta interdependencia?”

Perell explicó además cómo reconocer nuestra humanidad compartida exige una reinvención de la gobernanza global, basada en principios como la justicia y la unidad. “Debe surgir un nuevo enfoque”, enfatizó, “uno en el que la dignidad de cada individuo pueda encontrar plena expresión y el potencial de todas las personas pueda realizarse”.

Guy Ryder, Secretario General Adjunto de Políticas de la ONU, reconoció la importancia de estos esfuerzos en sus palabras de apertura en un foro organizado por la CIB: “Creo que no hay mejor lugar para comenzar los Días de Acción y la Cumbre del Futuro, que aquí. Las personas, las organizaciones y quienes los han acompañado han sido fundamentales y muy inspiradores para hacer avanzar este proceso”.

Con motivo de la Cumbre, la CIB ha publicado una declaración con el título ’Aceptar la interdependencia: bases para un mundo en transición. La declaración destaca la enorme oportunidad y la imperiosa necesidad de que la comunidad internacional sitúe la interdependencia de la humanidad en el centro de los sistemas de gobernanza mundial.

En la declaración se reconocen los importantes avances logrados desde el establecimiento de las Naciones Unidas, declarándola un símbolo de la aspiración de la humanidad a la paz. No obstante, señala que la escala y complejidad de los retos mundiales dejan atrás rápidamente cualquier evolución en los sistemas diseñados para afrontarlos.

«Estamos en un momento importante de la historia colectiva de la humanidad, un momento en el que se nos pide que reconozcamos que nuestra trayectoria actual ya no es viable como camino hacia el futuro», declaró Daniel Perell, y añadió que: «Lo comprobamos en la forma en que deliberamos sobre los asuntos internacionales, en cómo tratamos la Tierra, en la forma en que definimos el progreso y en la forma en la que nos relacionamos. En casi todas las facetas de la existencia, necesitamos nuevos enfoques e incluso una nueva comprensión de cómo concebimos el progreso».

En la declaración se invita a los árbitros de los asuntos internacionales a considerar las implicaciones de un principio organizativo fundamental alternativo: la unidad de la humanidad. «Sin la plena aceptación de este principio, la paz duradera y la prosperidad seguirán siendo una esperanza lejana e incluso los sistemas de gobernanza mundial tenderán a reforzar la división, a profundizar las desigualdades y a dar prioridad a los intereses de ciertos grupos sobre el bien común».

Liliane Nkunzimana, otra representante de la Comunidad Internacional Bahá’í, añadió que «no faltan propuestas ni recomendaciones de reformas institucionales. Cada una tiene beneficios potenciales, pero este momento exige algo más: un nuevo conjunto de principios fundamentales si se ha de lograr una paz y armonía duraderas. Aceptar la interdependencia nos invita a todos en la escena internacional a considerar nuevos enfoques que respondan a las verdaderas necesidades de nuestro tiempo».

En la declaración de la Comunidad Internacional Bahá’í, se analizan varios elementos claves de un marco compartido basado en la aceptación sin reservas de la interdependencia de la humanidad, de una identidad común que trascienda las fronteras nacionales a la vez que celebra la diversidad cultural; una concepción más amplia de la justicia que fomente la unidad y el bienestar así como nuevos enfoques de liderazgo que den prioridad al bien colectivo de la humanidad.

La Comunidad Internacional Bahá’í invitó a los participantes en el foro mundial y en los procesos posteriores a «unirse en un profundo acto colectivo de aprendizaje», a dejar de lado nociones anticuadas y a deliberar sobre la búsqueda de soluciones adecuadas.

En la declaración (en inglés) se pide un esfuerzo colectivo para remodelar el futuro del orden mundial, con la conclusión de que «establecer cimientos inquebrantables sobre los que nuestro futuro pueda construirse supone un reto colectivo. Es el siguiente capítulo de nuestra historia común hacia un futuro justo y armonioso».

La Comunidad Internacional Bahá’í proseguirá su análisis de estos temas como parte de sus continuas aportaciones al diálogo sobre la gobernanza mundial.

Un vídeo, de ocho minutos de duración, forma parte de la aportación de la Comunidad Internacional Bahá’í a la Cumbre del Futuro y muestra las sugerentes reflexiones de varios jóvenes de comunidades bahá’ís del mundo con respecto al potencial de la Cumbre para promover una nueva comprensión de la responsabilidad colectiva y de un mundo en paz.

Visite news.bahai.org para ver algunos aspectos destacados de las contribuciones de la delegación de BIC a las discusiones y eventos de la Cumbre del Futuro.

La CIB organizó un evento titulado “Espacio para el optimismo: una condición previa para el éxito en tiempos difíciles” en la sede de la ONU, que reunió a representantes de los estados miembros, funcionarios de la ONU y actores de la sociedad civil para explorar las raíces y el papel del optimismo al abordar los desafíos globales, al tiempo que promueve una visión esperanzadora del futuro de la humanidad.

La CIB y la “Coalición por la ONU que Necesitamos” organizaron conjuntamente un evento titulado “Más allá de septiembre – Después de la Cumbre del Futuro”, en las oficinas de la CIB en Nueva York. A la reunión se sumaron Paula Narváez Ojeda, Embajadora de Chile ante la ONU; el Sr. Guy Ryder, Secretario General Adjunto de Políticas; y la Sra. María Fernanda Espinosa, CEO de GWL Voices. El Sr. Perell (arriba a la izquierda), quien actuó como moderador en el evento, enfatizó el papel que puede desempeñar la Cumbre del Futuro en el fortalecimiento de la confianza en las Naciones Unidas y dentro de ellas.

Entre las contribuciones de la CIB a la Cumbre estuvo la publicación de una declaración titulada ‘Abrazar la interdependencia: bases para un mundo en transición’, que destaca el imperativo de que la comunidad internacional coloque la interdependencia de la humanidad en el centro de los sistemas de gobernanza global.

 


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